Los hábitos bucales, son prácticas adquiridas por repetición frecuente que pasan de hacerse d emanera consciente a inconsciente. Forman parte del proceso de adaptación al medio normales, relacionados con la alimentación, comunicación y placer.
Pero los hábitos bucales no fisiológicos o malos hábitos, son los hábitos que alteran el desarrollo bucal normal del paciente. Y deberán ser detectados y tratados de manera precoz.
Los hábitos producen una alteración de la musculatura oral y perioral, produciendo deformidades maxilares.
Succión del chupete
El chupete debería retirarse a los 18 meses, pues un exceso del uso del chupete, hace que los maxilares se deformen y se altere la posición de los dientes, produciendo una mordida abierta. Al cerrar y juntar los dientes, sólo contactan las muelas y se quedan los incisivos anteriores sin contactar.
Succión digital
El proceso de deformación es similar al de la succión del chupete, pues también se queda mordida abierta. Sin embargo, este hábito es ¨peor¨que el de succión del chupete, por que es más fácil ´hacer desaparecer el chupete´que que de dejen de chupar el dedo.
Succión labial
Es el hábito de chuparse el labio inferior.Este hábito lo que hace es frenar el desarrollo del maxilar inferior, y estimular el maxilar superior, provocando una clase 2 esquelética, es decir, un maxilar mucho más grande y desarrollado que la mandíbula.
Interposición lingual
La deglución infantil, consiste en interponer la lengua entre las arcadas mientras tragan, pero si una vez se introducen alimentos sólidos la deglución sigue siendo con interposición lingual, se producirá una mordida abierta. También ocurre cuando hablan interponiendo la lengua o simplemente tienen el hábito de hacer presión con la lengua en los dientes anteriores.
Respirador bucal
Los niños que respiran por la boca, suelen tener la car alargada, con ojeras, labios secos y suelen tener problemas de vegetacione syanginas. Ese desarrollo vertical en exceso, hace que los maxilares no se desarrollen correctamente.
Lo primero sería derivar al otorrino, para que valore el problema de vegetaciones o amígdalas. Una vez solucionado, cambiar el hábito para que no respire por la boca, pues así la musculatura de las mejillas dejara de hacer presión y el desarrollo del paladar será menos ojival.
Morderse las uñas
Este hábito produce un desgaste brusco en los dientes.
Lo más importante es acudir con regularidad al Odontopediatra, para que sea posible detectar los hábitos lo antes posible y recordar que cuando se trata un hábito, no simplemente se está tratando una conducta incorrecta. Hay que ser consciente de que estamos tratando un niño con un hábito inadecuado. Hay que hacerlo siempre desde el respeto, explicando el porqué del esfuerzo, y hacerlo en el momento adecuado.