Es un tratamiento estético que consiste en blanquear los dientes para conseguir mejorar nuestra sonrisa.
El color del diente está en una capa más profunda que el esmalte, llamada dentina.
Antes de iniciar un blanqueamiento el dentista debe realizar un examen clínico previo, procedimiento que siempre debe llevarse a cabo en una clínica dental. Así diagnosticar cuál es el problema de color que tiene esa persona; establecer la pauta de tratamiento más adecuada y explicar al paciente los pros y contras y las limitaciones del tratamiento.
La aplicación del blanqueamiento dental debe ser en clínica para controlar la alta concentración por un profesional y lo ideal, es hacer mantenimientos en casa, con el mismo producto pero a más baja concentración.
El blanqueamiento en clínica consiste en proteger las encías y aplicar un gel en el esmalte, que consigue abrir los poros en el esmalte para que el peróxido de hidrógeno actúe en la dentina consiguiendo blanquear los dientes. Posteriormente recomendamos una dieta ¨blanca¨, es decir, eliminar alimentos durante 72h que lleven pigmento, y así, conseguir los resultados más óptimos.
Hay que recordar los riesgos de ponerse en manos inadecuadas, pues el blanqueamiento dental está contraindicado en situaciones de problemas bucales en los que la aplicación suponga un riesgo para el paciente; por ello, siempre debe llevarse a cabo en una clínica dental.